miércoles, 8 de febrero de 2012

Ampuero, como todo España con nuestro campeón.-


Los franceses no se conforman con la humillación de que ningún francés gane el tour de Francia desde hace un montón de años. Desde hace veinte años tratan de contar con un equipo francés con posibilidades sin que la suerte les haya sonreído. Pero lo que no soportan los organizadores del Tour y la prensa deportiva francesa es la continua humillación española. Hace tiempo que el Tour se la tiene jurada a Contador. El año pasado no querían que corriera, presionaron para que no estuviera, pero este año, debido a la increíble sentencia del TAS, que es capaz de establecer la inocencia del sujeto y a la vez castigarle a la pena máxima, Contador no correrá el Tour. Por fin podrá ganar un francés próximo porque un francés al cien por cien lo tiene difícil, pero con que no gane un español les es suficiente. Alberto Contador es un ejemplo de superación personal y de humanidad. Superó un cavernoma que debiera haberle bastado para mirar la vida de otra manera y no subido a una bicicleta. Su historia es la de tantos corredores de extracción humilde que llevan los sueños en las calas de los pedales. Contador ha aprendido a correr, de esa forma alegre y saltarina que hace temblar a sus rivales, contra las pendientes de las montañas y las cuestas de la vida. Tres veces ha ganado el Tour para disgusto de los organizadores de la carrera. En cada victoria el recuerdo a su hermano, disminuido psíquico y a su lado la emoción de sus vecinos de Pinto. Contra Contador el Tour y su mano alargada. La excusa una inapreciable e inútil cantidad de clembuterol que, tal y como nos han explicado hasta la saciedad, no permite a nadie doparse ni para mejorar su rendimiento al subir el escalón de la entrada de su casa.
Contador, acostumbrado a tumbar al Tourmalet o al Alpe d’Huez, cometió el error de no aceptar el chalaneo: aceptas tu culpabilidad y te ponemos un año. Ganó en los tribunales pero la UCI (Unión Ciclista Internacional) y la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) no estaban dispuestas a dejar escapar su presa amparándose en una norma, “la responsabilidad objetiva”, que elimina de un plumazo la presunción de inocencia. ¡Inconcebible! Pero aceptado por los gobiernos que están representados al 50% en la AMA.
La sentencia, el “laudo arbitral” del caso Contador es una monstruosidad antijurídica, pero la Agencia Mundial Antidopaje la necesitaba para demostrar que es una entidad infalible y mantener su capacidad de coerción. Si Contador hubiera sido declarado inocente, o “no culpable” al no existir pruebas de dopaje, lo que hubiera hecho cualquier de tribunal ordinario de justicia, la AMA y la UCI se enfrentarían hoy a una revisión del planteamiento que les ha convertido en dueños y señores del ciclismo, aquel que, vulnerando la base de la justicia en todos los países civilizados, sostiene que el deportista es culpable y que por tanto es a él al que corresponde demostrar su inocencia y no a los acusadores demostrar su culpabilidad. Por eso han condenado a Contador, porque su absolución hubiera implicado llevar la justicia a estos organismos y recortar su poder. Por eso le han aplicado la máxima condena y han buscado asfixiarlo económicamente para conseguir doblegarlo. Fortalecidos con el caso Contador, la UCI y la AMA lo que ahora buscarán es mantener su chiringuito y seguir cobrando por ello.
Afortunadamente, Contador volverá a correr en agosto y estará en la salida de la próxima Vuelta a España. No estará en el Tour, porque resulta evidente que estuvieron contando los días para que no pudiera estar en la salida, no fuera a ser que un enrabietado Contador hubiera humillado a los que dentro y fuera de la carrera han buscado acabar con él. Mejor para la Vuelta y peor para el Tour porque nosotros sí creemos a Contador.

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